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Cuidados de la Chinchilla Lanigera

La chinchilla (Chinchilla Lanigera) es un pequeño roedor de la familia Chinchillidae. Estos  mamíferos son endémicos de la mitad sur de los Andes. Son animales nocturnos y sociales que viven en grupos donde las hembras, que son más grandes que los machos, son las dominantes. Actualmente las grandes comunidades se han reducido a consecuencia de la caza, dado que la piel de estos animales es muy apreciada en la indústria de la peleteria.


 

Son capaces de emitir gran variedad de gritos y carraspeos de dientes para comunicarse, ya sea para expresar que se sienten bien o amenazadas.

Tienen un pelaje largo, espeso y suave. Se trata del pelaje más espeso entre todas las especies terrestres, llegando a tener hasta 20.000 pelos por centímetro cuadrado. Su cuerpo es más bien corto y redondeado, la cola peluda y sus extremidades posteriores están más desarrolladas que las anteriores. Los ojos grandes y  oscuros y los largos bigotes las ayudan en sus desplazamientos nocturnos.



Dado que solo tienen unos pequeños dientes anaranjados y unas uñas muy pequeñas y poco a filadas, estos herbívoros son propensos a ser cazados por grandes depresadores en la naturaleza.

Estos pequeños mamíferos son muy tímidos y tienen una gran memoria, por lo que si se les asusta habrá que ganarse de nuevo su confianza para que vuelvan a tener seguridad con el dueño. Las chinchillas pueden vivir hasta 15 años en cautiverio.



ALIMENTACIÓN

Las chinchillas son animales herbívoros originarias de una zona árida donde las plantas tienen una elevada cantidad de fibra y un escaso valor alimenticio. La base de su alimentación en estado salvaje es una planta llamada Nasella Chilensis que abunda por las zonas medias y altas de los Andes. Al ser prácticamente imposible conseguir esa hierba para su alimentación, en cautividad es conveniente utilizar heno, alfalfa y piensos especialmente preparados para roedores.



Para completar esa alimentación es importante utilizar también frutas y verduras. Las mejores verduras para nuestras mascotas son las endivias, las patatas crudas, las zanahorias, el diente de león, el maiz, el brócoli, las espinacas, las coles de bruselas, el trébol y la lechuga, especialmente de la variedad romana porque tiene mucho más calcio. De fruta podemos ofrecerles plátanos, ciruelas, fresas, peras, manzanas, higos, nísperos, moras...

 

Además, como suplemento podemos proporcionarles ocasionalmente frutos secos como nueces o almendras.  Los frutos secos serán solo golosinas y no deben ofrecérselos en exceso dado su alto contenido en materia grasa.


ALOJAMIENTO
Aunque son muchos los que afirman que las chinchillas pueden vivir en poco espacio, es mejor proporcionárles una jaula con unas medidas mínimas de 50x35x45, aunque cuanto más grande mejor. Estos pequeños roedores agradecerán que les pongamos varios juguetes, troncos y piedras para mordisquear.

En el mercado hay gran cantidad de jaulas de conejos o hurones que serán perfectas para nuestras chinchillas.



A ser posible convendría prepararles varios escondites para que puedan refugiarse cuando estén cansadas o asustadas y sería apropiado usar viruta de madera como sustrato.



Les gusta mucho escalar y menearse por la jaula, por lo que agradecerían que les proporcionáramos varias plataformas a distintos niveles por las que deslizarse.

Debemos descartar de raíz la arena de gato como sustrato, ya que las pequeñas partículas que lo componen pueden llegar hasta las cuencas oculares de nuestras chinchillas y producirles pequeñas lesiones. Por ello, es recomendable utilizar viruta de madera o heno.

 


REPRODUCCIÓN
 

Las chinchillas alcanzan la madurez sexual con una edad media de siete meses, aunque hay ejemplares que sobre los cinco ya tienen capacidad para concebir.



El  periodo reproductivo por el clima y las horas de luz de España suele ser de noviembre a mayo, aunque estos datos pueden variar dependiendo de la zona geográfica.



El parto suele producirse alrededor de ciento once días después del acoplamiento. Durante ese periodo la hembra habrá comido más a menudo y habrá aumentado notablemente de peso. Las crías nacen con pelo, los ojos abiertos y dientes preparados para comer desde el primero momento, pero necesitarán la lactancia de la madre hasta los dos meses de edad.



Las hembras tienen unas dos camadas por año y en cada una de ellas suelen nacer de dos a tres pequeños, siendo  también frecuentes  los nacimientos de un único bebé y excepcionales las gestaciones de hasta cinco o seis crías.

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